La protagonista de esta historia es una niña muy sabia, con una gran capacidad que le permite empezar a leer a los tres años. Es muy lista pero no tiene mucha suerte con la familia a la que pertenece porque no aprecia la habilidad de su hija. Su padre, un vendedor de coches, no se preocupa por nada más que el fútbol y su negocio; se interesa más por su hijo mayor, ya que a éste también le encanta ese deporte. No es una familia de clase alta pero su madre adora ir muy arreglada. A la pobre chica, ningún miembro de la familia la aprecia.
Por si su vida no fuese lo suficientemente caótica, tiene que acudir a una escuela, la única existente del pueblo, que tiene como directora a una señora que odia a los niños. Les pone severos castigos a unos pobres chiquillos que no pueden hacer nada. Los encierra en un armario, los tira por los aires etc.
A Matilda sólo la acompañan sus amigos y una buena profesora (la señorita Honey) que también está atemorizada por la directora del colegio. La srta Honey tiene una pequeña casa a la que lleva a Matilda de vez en cuando y se divierten juntas. La historia tiene un bonito final.
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